viernes, 4 de septiembre de 2020

Mariposa de polvo

Desperté muy temprano por la mañana, sin ganas de trabajar pero con la prisa de lo contemporáneo, que nos empuja a intentar ganarnos la vida de alguna manera, que, en mi caso, es por medio de la palabra. Al encender la luz de la habitación, me encontré con una mariposa negra que revoloteaba atontada por el imprevisto resplandor del foco. 

Por mucho que me presuma positivista y pragmático, corre por mis venas el realismo mágico de mi madre veracruzana, que me remonta al arquetipo prehispánico del mal augurio que trae consigo la visita de tal bicho. 

Corrí a la cocina por un vaso y una servilleta para sacarla con cuidado de la habitación, y al momento de ponerle el vaso encima, como si de una alucinación se tratara, observé cómo desapareció. Revisé los rincones, las esquinas por las cuales se hubiera podido colar la desgraciada, pero no encontré nada. Se había hecho polvo. 

Traté de mantener la calma y reflexionar unos instantes sobre las posibles causas de la desaparición, pero no pude. El tiempo y la responsabilidad me llevaron hacia el paciente que, en ese instante, seguro ya me esperaba frente a su computadora. Al terminar la sesión, con toda la vergüenza de quien pretende no parecer un desquiciado, le conté lo sucedido a mi pareja, quien de inmediato me dijo que la mariposa había entrado al baño. No entendí cómo había podido ocurrir tal cosa, pero preferí la resolución de una huida a un acto de magia pura por parte del volátil visitante. 

Al verificar que en efecto estuviera allí mi compañera matutina, constaté que no era la misma, vi que tenía otro tamaño y, hasta se me antojó, otra forma. Por supuesto, no comenté nada a mi pareja ya que sonaría a necedades de un ingenuo. Regresé por el vaso y la servilleta y, con absoluto cuidado, la resbalé hasta que quedara atrapada revoloteando en el vidrio. Esta no es la primera mariposa negra que me visitó, esta era otra, volví a pensar al liberarla en el patio. 


Existe otro hemisferio mágico en mi historia personal: Galicia, Terra de Meigas (Tierra de Brujas), por parte de la familia de mi padre. Gracias a la comunidad gallega en México conocí a mi mejor amiga, la representación más digna de una hechicera que conozco. Cuando adolescentes, aprendí a la fuerza a creer en sus corazonadas y percepciones metafísicas. Cuando me advertía que no hiciera algo y yo, con rebeldía pragmática, terminaba haciéndolo, siempre ocurría algo que me hacía voltear a verla con respeto. Esa mañana le envié un mensaje describiendo la desaparición de la primera mariposa, su repuesta fue casi inmediata: tiene que ver con cambios drásticos y pérdidas importantes, como quien dice: muerte. No una muerte literal, más bien una transformación tan apremiante que necesita verse. También me dijo que existía la creencia de que, en realidad, la mariposa negra es un visitante de ultratumba que trae un mensaje importante o que viene simplemente a metichear. 

La noche anterior había soñado que mi madre me pedía cantar Hymne a l' Amour de Edith Piaf, cuya frase principal es: Dieu réunit ceux qui s'aiment (Dios reúne a aquellos que se amaron). Hay una parte de mí que le pone una cara a todo este asunto y desea, con todas sus fuerzas, que las casualidades de los eventos narrados no sean producto de la serendipia sino del inmenso amor que traspasa cualquier tipo de frontera, incluso la de la carne, para que, al evolucionar, podamos regresar al polvo y mutar. Me encantaría pensar que un sueño inconexo y el aleteo de una mariposa que se esfuma se entrelazan para dar un poco de sentido a esta existencia. Me fascina la idea de haber encontrado magia en eventos que podrían ser explicados con la cotidianidad de la aburrida lógica.

4 comentarios:

  1. Lo ame... cuando veo colibries (asi se escribe?) Pienso en mi padre y en mi hijo Ethan que vino a hacerme madre por primera vez,en mi sobrino Andres que me hizo tia. No escirbo como tu, pero pienso que esos visitantes de ultratumba nos saludan desde donde esten...

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  2. Me gustó el cuento. Muchas felicidades. Me recordaste los comentarios de mi abuela y mi madre.

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  3. Yo también me aterro cada vez que veo a una mariposa de ese color por lo que las creencias dicen que representan. Yo prefiero me visiten los colibríes para darme los mensajes de mis seres queridos que han partido.

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